No existe ninguna prueba de laboratorio específica para el diagnóstico de la Enfermedad de Behçet, basando el mismo en las manifestaciones.
Previamente a ser diagnosticado, se deben descartar otras enfermedades más frecuentes.
El Grupo Internacional de Estudio de la Enfermedad de Behçet publicó un sistema de clasificación en 1990 que se sigue utilizando para diagnosticar a los pacientes. Este sistema exige la presencia de úlceras orales de repetición, además de dos o más de las siguientes manifestaciones:
- Úlceras genitales de repetición.
- Lesiones inflamatorias de los ojos.
- Lesiones específicas de la piel.
- Positividad de un test que mide la reactividad de la piel (patergia).
Sin embargo la utilidad de estos criterios es mayor en el ámbito académico y científico que en la práctica diaria de la medicina ya que existen numerosos pacientes que sin cumplir los requisitos tienen un diagnóstico coherente con la enfermedad de Behcet. Esto suele darse cuando debido a los tratamientos algunos síntomas como las aftas no aparecen con la suficiente periodicidad.
Todas estas complicaciones suelen llevar a que el diagnóstico se alargue durante meses o años o que nunca se realice un diagnóstico definitivo. A pesar de todas estas complicaciones, un diagnóstico rápido y un tratamiento adecuado ayuda a mantener controlada la enfermedad y a mejorar su evolución.
NOTA:Esta explicación es una adaptación realizada por el equipo de la Asociación Española de la Enfermedad de Behçet (no profesionales sanitarios) de la información dada por la Sociedad Española de Reumatología y la Sociedad Internacional de la Enfermedad de Behçet. |